Arreciaba el viento turbulento,
atravesaba los campos y los cielos,
los árboles doblaban sus ramajes,
y todo se curvaba al ras del suelo.
Pero en medio de tanta desventura,
dejando el campo desolado y yerto,
dos girasoles giraron sus cabezas,
para fundirse en un profundo beso.
…como señal que en medio de la nada,
habiendo amor, pueden salir ilesos,
sin vendavales, tornados o tormentas
que puedan sucumbir bajo su peso.
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